Anna Guarró
El Monstruo de la Guarda estaba triste.
Se sentía mal y quería llorar, pero no se atrevía porque creía que los otros monstruos se iban a burlar de él. Para que no se dieran cuenta, puso cara de “no me pasa nada”, pero la Tía Anna vio que sus ojos no brillaban como siempre y que estaba muy callado en las juntas de El Consejo de los Monstruos.
Con el pretexto de que necesitaba ayuda, la Tía llamó al Monstruo de la Guarda, y mientras tejía, le contó cómo había comenzado El Consejo de los Monstruos…
“Hace unos años me dijeron que estaba enferma, muy enferma. Me dio mucho miedo, no sabía si iba a sanar, si me iba a doler o no.
Mi mamá estaba muy preocupada. Mi hermana me acompañaba a todas partes. No sabía qué hacer con todo lo que sentía, creía que tenía que ser fuerte para ellas.
Tengo una amiga, Galletita, que siempre huele a vainilla. Ella es la primera persona adulta que conocí que hacía magia con el estambre y la aguja. Me hizo mi Monstruo Absorbe Lágrimas que venía con un instructivo:
1- Tener miedo es normal.
2- Llorar está permitido.
3- Abrázame fuerte sobre tu corazón con las dos manos.
4- Llora todo lo que quieras, hasta que saques tantos mocos que no puedas respirar.
5- Te prometo que el llanto va a ir acabando.
6- Cuando dejes de llorar, respira profundo y suénate la nariz.
7- Puedes decirle a quien quieras lo que sientes, tu mamá y hermana son más fuertes de lo que crees.
Me daba pena y miedo seguir las instrucciones. Lo puse en la mesita del hospital, hasta que me decidí. Lo abracé muy fuerte ¡Qué bueno que Galletita me dio las instrucciones! Cuando comencé a llorar ya no pude parar, pero no me importó, las dejé salir, con mocos y todo. El Monstruo hizo su magia. También le dije a mi mamá y hermana que tenía miedo, el Monstruo tenía razón, eran más fuertes de lo que yo pensaba.
Mientras me curaba, Galletita me enseñó a tejer. Poco a poco el dolor y el miedo se fueron. Ella me regaló magia con mi Monstruo Absorbe Lágrimas.
Descubrí que hay un monstruo para cada uno, por eso hice, gracias al regalo de la magia y el tejido, a El Consejo de los Monstruos, y por eso, Absorbe Lágrimas es el jefe”
El Monstruo de la Guarda comenzó a llorar suavecito, se dio cuenta que él tenía miedo, y que ese miedo era por el Covid que andaba por todas partes. Mientras lloraba en brazos de la Tía Anna, le pidió que le hiciera a su monstruo personal, porque después de todo, hasta un monstruo necesita a otro para que lo ayude.