Anna Guarró
Pino Pinito es un adorno de Navidad, pero un adorno mágico.
En su primera Navidad, cuando todos en la casa dormían, una mano lo tomó de atrás del árbol.
Era un señor grande vestido de rojo. Tenía en pelo blanco, hermosa barba blanca y, bigotes, adivinaron, también blancos.
Otro día les voy a contar cómo nació Pino Pinito, y porqué se llama así. Pero ahora… a lo que nos interesa.
Como les contaba, a Pino Pinito lo habían puesto atrás del árbol, donde nadie lo veía y él tampoco veía nada.
Lo único que hacía era escuchar. Oía a los niños reír, correr, jugar, pero sobre todo, hablar de lo que querían de navidad, de los amigos y familia que iban a venir a cenar.
Lo que más le gustaba a Pinito era escucharlos reír. Era como campanas con fuegos artificiales. Cada vez que lo hacían, Pinito veía una fiesta con niños corriendo y jugando, en lugar de la pared.
Llevaba muchos días viendo la esquina blanca. Sabía que la Navidad se acercaba, porque los niños estaban cada vez más inquietos, se reían por todo y buscaban regalos en todas partes.
En Noche Buena, que es la noche antes de Navidad, toda la familia llegó para cenar. Pino Pinito escuchaba y cerraba los ojos para imaginar que estaba ahí.
La fiesta terminó, los invitados se fueron, los papás mandaron a los niños a dormir, limpiaron y apagaron las luces al irse a su cuarto.
Cuando todos estaban dormidos, fue cuando sucedió lo del señor grande vestido de rojo, con el pelo blanco, hermosa barba blanca y, bigotes… si, recuerdan bien, también blancos.
El señor se presentó… ¡Era Santa Claus! ¡Del que todos hablaban!
Además, sabía la historia de Pino Pinito. Le dijo que le tenía un trabajo muy importante.
Lo colgó enfrente del árbol. De un enorme costal sacaba regalos que ponía abajo de él. Ahí estaban sentados dos personitas vestidas de rojo.
Se presentaron… Allip y Ollip. Los mejores duendes de la Sección de Niños Bien y Mal portados.
Santa le dijo a Pinito que los iba a ayudar durante todo el año para saber cómo se portaban los niños. Allip y Ollip lo iban a visitar para el reporte mensual. Los pícaros duendecitos sonrieron.
Pino Pinito sabía que tenía dos nuevos amigos.
En la mañana los niños bajaron. Se encontraron las cajas de regalo envueltas en papel multicolor, con grandes moños.
Se sentaron para abrirlos.
En ese momento vieron a Pino Pinito.
Los niños sienten la magia. De inmediato supieron que Pinito tenía mucha.
Comenzaron a hablar con él, le enseñaban los regalos… todos los días jugaban junto con él.
Pasó el tiempo, el año viejo se fue y llegó el año nuevo. Cuando aparecieron Los Reyes Magos, también le dieron un trabajo importante, luego les cuento sobre eso.
Terminó la temporada navideña, era hora de guardar todo.
Pero los niños tomaron a Pino Pinito cuando lo iban a poner en la caja. Pidieron permiso y se los dieron.
Se llevaron a Pinito a su cuarto. Lo colgaron en el librero, esperando la Navidad en compañía.
Santa hizo su magia. Pino Pinito se convirtió en un duende honorario.