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Anna Guarró

La pascua ya está aquí y, es la época en que todos los Bunny se reúnen.

Cada familia tiene su especialidad.

La de Kae son expertos chocolateros. Ellos reciben los costales de cacao de Tabasco… el mejor de México.  Ahí lo tuestan, trituran, separan, muelen, le añaden azúcar, especies, todo lo que lo hace delicioso. Lo echan en los moldes que usan desde hace muchas generaciones.

La de Lazy los llevan de un lado a otro. Con su cuerpo flojito y suavecito evitan que se rompan o derritan por el calor.

La de Febe se dedica a la decoración de todos los huevitos.

Ya les he contado de Kae y Lazy.  Faltaba Febe.

Febe Bunny puede no parecer una conejita, o por lo menos, la idea que tenemos de una, pero no les quepa la menor duda, es una coneja, una coneja de pascua.

Ella está llena de imaginación para inventar diseños y, creatividad para hacerlos posible. Es quien les da vida a los huevitos al decorarlos. Los llena de soles, flores, rayas, círculos, universos completos.

A Febe no le gusta ser como los demás, pero, si nos fijamos bien, todos somos diferentes… y si nos leen algunos gemelitos, tampoco son idénticos, hay pequeñas diferencias físicas y de personalidad.

A ella le encanta festejar todo lo que es único y llamativo.

Al principio a sus primos, Kae y Lazy, la veía como la rara de la familia, la que no embonaba. Hasta el día que se les rompieron los moldes que utilizaba Kae y Lazy se lastimó la patita.

Febe fue a la cocina y con ayuda de mamá, hizo engrudo para pegar los moldes de Kae. Después, con permiso de su abue, cortó en tiras su viejo delantal, para vendar la patita de Lazy.

A partir de ese momento, además de familia, se hicieron amigos.