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Anna Guarró

Santa comenzó su lista de niños bien y mal portados.

La magia de Santa lo ayuda a llevar regalos en un tris a todos los niños del mundo, pero no le sirve a la hora de hacer la lista.  Para eso necesita ayudantes, los duendes.

Hay duendes para cada trabajo; hacer juguetes, pintar, envolver regalos, encontrar los pedidos especiales, seguridad y, detección de niños bien y mal portados.

Éstos últimos son muy especiales, porque tienen un radar para detectar el momento exacto en que un niño hace algo bueno, o algo malo. Cada vez que lo hacen, actualizan la lista de Santa.  Sin ellos no podría decidir cuántos y cuáles regalos se tienen qué hacer.

Un par de ellos, son unos mellizos, Allip y Ollip.

Un día les contaré la historia de cómo llegaron a ser duendes de Santa, y sobre todo, con un trabajo tan importante.  Pero ahora, me toca decirles qué hacen, porque les conviene saberlo.

Ollip y Allip casi siempre trabajan juntos, lo que los hace una pareja perfecta.

Allip es una duendecita con largas trenzas, al contrario que su hermano, que prefiere que el sombrero cubra todo, aunque algunos flequitos rebeldes se salen.

Ellos son muy juguetones.  Les gusta. No. Encanta. No. ¡ADORAN! hacerles travesuras a los niños.

Les platico… los duendes no deben dejarse ver por nadie.  Cada vez que van a una casa, aprietan la borla blanca de su sombrero, y desaparecen.

Pero Ollip y Allip son unos pingos (otra palabra para traviesos).  No pueden estarse quietos. Les gusta que darles sorpresas a los niños.  Su juego favorito son las escondidillas.

En un momento están leyendo un libro, en otro en la cocina comiendo cereal. A veces aparecen en la mochila, o el jardín.  Si no es uno, es otro, ¡o los dos!

Tienes mucha suerte si te toca que te cuiden Allip y Ollip.  Ellos saben distinguir muy bien entre portarse mal y, hacer travesuras, los pilluelos (¡cuántas palabras hay para traviesos!) son expertos.

Búscalos, seguro los encuentras.  Les encanta jugar contigo.